Bar Lepanto Daimiel
Cualquiera que vaya por Daimiel y no se le ocurra visitar este bar estará cometiendo el que debería ser el octavo pecado capital. Unas cañas tiradas como nadie, una variedad de vinos que no se encuentra fácilmente por la zona (dejáos recomendar alguno por el sommelier Rufino), todo acompañado de unas tapitas riquísimas. Si vais con hambre existe una amplia carta, unas suculentas raciones tanto típicas de la zona como innovadoras en las que vuestro gusto experimentará el placer elevado a su máxima expresión. Los propietarios del Bar son gente muy maja con la que coges confianza desde que abres la puerta del establecimiento y su camarero Juli también es una excelente persona.
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francisco -